** Los Pasajeros deben respetar y cumplir las políticas de la Naviera **
Día 1. Cita en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para abordar el vuelo con destino a Panamá. Llegada y conexión hacia el puerto de Colón, para documentarse en el crucero al menos dos horas antes. Acomodo en camarote seleccionado e inicio de consumos en los diferentes restaurantes. Como las bebidas no están incluidas, a bordo es posible comprar varios paquetes a la medida de las necesidades. También se ofrece una estancia antes del crucero para conocer las Esclusas de Gatún y el Fuerte de San Lorenzo.
Día 2. Arribo a Cartagena en Colombia, pintoresca ciudad costera declarada patrimonio nacional. Como excursiones opcionales está la de visitar sus callejuelas coloniales, realizar una travesía en canoa por los manglares o bien abordar la réplica de un galeón español del siglo XVII.
Día 3. Navegación en alta mar. Dentro del barco hay una innumerable cantidad de actividades recreativas, tales como: clases de ejercicio o de cocina, juegos de azar y proyección de películas. Por la noche también se ofrecen elegantes cenas y variedades.
Día 4. En la madrugada, el barco atraca en el puerto de Willemstad en CURACAO, la más grande de las Antillas Holandesas. Debido a la gran migración por la industria petrolera, tiene inmigrantes de más de 50 países, lo que la convierte en una ciudad multicultural llena de sonidos, fiestas y tradiciones. Dar un paseo aquí es toda una experiencia.
Día 5. Llegada a Oranjestad en la isla de Aruba. Las típicas casas de porte holandés dan la bienvenida, y en sus playas es posible practicar deportes acuáticos, esnorquear o bien tomar el sol en las arenas tranquilas.
Día 6. Arribo a Kralendijk en Bonaire. Llamada la “Playa” por los lugareños, un importante centro de buceo se encuentra aquí, donde hay la oportunidad de sumergirse para conocer la fauna marina. Además, las casitas colores pastel hacen de este paraje un lugar inolvidable. En ciertas playas, la tonalidad de la arena parece de color rosa.
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